
La vida es existir serenamente;
guardar los dolores en el ocioso laberinto del alma;
soportar indiferencias,
inconsecuencias,
letargos de una vida marchita y desdichada;
la vida es existir
en el oculto espacio de lo que se acaba,
es mirarme en soledad,
tomar los encantos,
imaginar que me amabas.
La vida no es más que pesadumbre,
domingos de sueños,
comer en la cama;
brindar por la dicha
y asegurar que se tiene un leve espacio
para embriagar el alma.
La vida es dificultades,
momentos tiernos,
pensamientos que se llaman:
estar dos en resignación
y tres doblegando las miradas;
es acompañar el silencio,
llorar las voces y palidecer en calma.
La vida ya no es,
ocultó la única razón que tenía como brillo:
tú.
La vida acaricia el cuerpo,
sensaciones,
suburbios de amor;
verdades.
Eres la vida y te he perdido,
abandonaste ilusiones y detalles:
te hiciste estiércol, pared, hielo,...
Adiós.